El tronco étnico bovino denominado Rojo Convexo (Bos taurus turdetanus), en su peregrinaje prehistórico que le llevó desde Oriente Medio hasta el suroeste de Europa, ha dado lugar a varias razas españolas. Una de ellas, la Retinta, constituye la principal raza bovina autóctona de la España seca. Se distribuyó por la mitad sur de la península Ibérica, donde originó las formas locales colorada extremeña, retinta andaluza y rubia gaditana, de cuya fusión procede una versión moderna y mejorada de la raza.
El pelaje de esta raza es de color rojizo, con tonalidades que pueden variar desde el marrón claro hasta el marrón oscuro.
También se le pueden encontrar manchas blancas en el pecho y en las patas. La vaca retinta es una raza de tamaño mediano y tiene una buena capacidad de adaptación a climas adversos.
En cuanto a su uso para la producción de carne, la vaca retinta tiene una carne de buena calidad, con un alto contenido de proteínas y baja cantidad de grasa. Por otro lado, su leche es rica en proteínas y calcio, lo que la hace ideal para la producción de quesos.
En resumen, la raza vaca retinta es una excelente opción para aquellos que buscan un ganado vacuno de doble propósito. Su pelaje colorado y su adaptabilidad a distintos climas, junto con la calidad de su carne y su leche, hacen de esta raza una opción muy valorada en la industria ganadera.
La raza Retinta es un bovino de aptitud eminentemente cárnica. Se caracteriza, además por una elevada rusticidad y un marcado carácter maternal. Ello permite aprovechar un medio difícil, con grandes épocas de sequía y periodos de carestía.